Innovaciones
Navegando al borde del espacio: Misión Airbus Perlan II
En una helada mañana de primavera, casi una docena de personas ‒pilotos ataviados con su traje de vuelo, científicos, expertos en planeadores y entusiastas‒ van de acá para allá en el interior de un hangar en el aeropuerto de El Calafate, en la región de la Patagonia, Argentina. Como un grupo hormigas trabajadoras, los voluntarios del proyecto Perlan tiran al unísono para desempaquetar el Perlan 2, un avión sin motor con una envergadura de 40 pies diseñado para volar a 90.000 pies (27,4 km) hasta la frontera con el espacio exterior.
En el verano de 2014, Airbus Group se convirtió en el principal patrocinador de la Misión Airbus Perlan II, una iniciativa sin ánimo de lucro que aspira a llevar el primer avión sin motor a las capas superiores de la atmósfera y abrir la ventana a un mundo de nuevos descubrimientos relacionados con los vuelos de gran altitud, el cambio climático y la exploración del espacio.
Gracias al vuelo sin motor, el Perlan 2 podrá explorar la estratosfera sin perjudicar el medio ambiente. Sin embargo, un avión sin motor necesita ayuda para sustentarse en el aire. En el caso del Perlan 2, será el fenómeno meteorológico conocido como ondas de montaña estratosféricas el que proporcione este impulso.
Las ondas de montaña se propagan con fuerza hacia el espacio y pueden ser “surfeadas” por un planeador como si de una enorme ola oceánica se tratara. Estas ondas se forman en cualquier cadena montañosa, pero en muy pocos lugares ‒como en los Andes‒ pueden llegar hasta la estratosfera. Por ello, el equipo internacional de pilotos y científicos del proyecto Perlan ha estado basado seis semanas en la Patagonia argentina hasta finales de septiembre.
A lo largo de estas semanas en El Calatafe, el Perlan 2 ha realizado ocho vuelos y ha alcanzado los 22.000 pies (6.700 metros) de altitud. A pesar de no haber conseguido batir un nuevo récord de altura, los vuelos presurizados han permitido comprobar el sistema de soporte vital para la supervivencia de la tripulación en unas condiciones atmosféricas similares a las de Marte ‒unas condiciones que ofrecerán un conocimiento muy valioso sobre cómo se podría comportar una aeronave provista de alas en Marte‒. Los vuelos también han permitido recoger datos que pueden ayudar a los investigadores del clima de todo el mundo a ampliar su conocimiento sobre los fenómenos atmosféricos, mejorar los modelos climáticos globales y encontrar soluciones al cambio climático.
Este extraordinario proyecto desafía los límites de la investigación moderna, la exploración atmosférica y la ingeniería, y demuestra que para Airbus el cielo no tiene límites.
Más información:
Lindsy Caballero, Communication Specialist, Latin America & Caribbean
lindsy.caballero@airbus.com